En primer lugar nos gustaría tranquilizar a los padres ya que últimamente estamos observando una alarma injustificada frente a esta enfermedad que en la gran mayoría de los casos es leve y sólo requiere tratamiento sintomático.
Los principales síntomas que presenta un niño con varicela son fiebre, dolor de cabeza, dolor de estómago y un sarpullido pruriginoso.
La fiebre debe ser tratada sólo con paracetamol, NUNCA CON ASPIRINA ni con ibuprofeno pues ambos están relacionados con un aumento de las complicaciones graves. Habrá que buscar ayuda médica si la fiebre es mayor de 39º o si dura más de 4 días. Para aliviar el dolor de cabeza también puede ser útil el paracetamol.
El sarpullido aparece a los 10-21 dias tras el contacto con el virus, generalmente aparece primero en cara y de ahí se va extendiendo a otras zonas del cuerpo. Son ampollas pequeñas, llenas de un líquido claro en su interior y que se asientan sobre manchas rojas en la piel. Son muy pruriginosas. Es importante extremar la higiene durante el brote para evitar sobreinfecciones. El baño debe hacerse con jabones suaves y el secado debe ser suave para no romper las ampollas. Pueden ayudar los baños con avena coloidal o almidón de maíz, que suavizan la piel y calman el picor. La ropa usada debe ser fresca y holgada, mejor tejidos de algodón y nuna de lana. Por mucho picor que haya hay que evitar el rascado para prevenir sobreinfeciones y cicatrices. Es conveniente mantener las uñas de los niños cortas para que no se rasquen. Pueden emplearse cremas suavizantes y calmantes del picor, loción de calamina, talquistina, talco con mentol etc Los anti-histamínicos orales pueden ayudar a calmar el picor pero hay que tener en cuenta sus efectos sedantes (por vía tópica están desaconsejados). Los corticoides tópicos serían de utilidad pero están contraindicados por tratarse de una infección.
Existe la posibilidad de tratar la varicela con antivirales como el aciclovir, pero su uso sólo está indicado en casos graves o susceptibles de serlo: inmunocomprometidos, pacientes mayores de 12 años, embarazadas seronegativas, pacientes en tratamiento con inmunosupresores, niños con enfermedades de la piel o enfermedades respiratorias. Últimamente estamos notando un aumento en su prescipción para casos leves. En general es bien tolerado por los pacientes pero es poco eficaz para aliviar el prúrito y debe ser administrado en las primeras 24 horas tras aparecer el brote.
Busque atención médica urgente si aparece fiebre muy alta, confusión mental, dificultad para estar despierto o para respirar, rigidez de cuello, vómitos continuados o tos muy fuerte.
Autor: Roi Cal Seijas. Licenciado en Farmacia.