La sarna, también conocida como escabiosis, es una enfermedad de la piel causada por un ácaro llamado Sarcoptes scabiei. Este ácaro excava túneles en la capa superior de la piel y deposita sus huevos, lo que provoca picazón intensa y erupciones cutáneas. La sarna se transmite principalmente a través del contacto directo de piel a piel con una persona infectada. También puede transmitirse mediante el contacto con objetos contaminados, como ropa, toallas o ropa de cama, aunque esta forma de transmisión es menos común. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran, el picazón, especialmente intenso por las noches, y ampollas o protuberancias en la piel producidas por el parásito. Aunque estas ampollas pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, suelen ser habituales en axilas, cintura, área genital masculina, nalgas, rodillas, entre los dedos, senos y parte interior de los codos, estando cuello y cabeza normalmente libres de infestación.

Aunque la sarna siempre ha estado presente en nuestro entorno desde el año 2014 los casos han ido en aumento en España sin que se hayan podido definir bien las causas de este aumento. Parece que el confinamiento por la COVID ha podido contribuir a elevar aún más los casos. Los principales brotes se siguen produciendo en instituciones sanitarias y centros sociales.

El tratamiento de la sarna generalmente implica el uso de medicamentos tópicos que matan los ácaros y sus huevos. Los medicamentos más comunes utilizados para tratar la sarna incluyen:

1. Permetrina: Es el tratamiento tópico más comúnmente recetado para la sarna. Se aplica en forma de crema o loción en todo el cuerpo, desde el cuello hacia abajo, y se deja actuar durante un tiempo antes de lavarlo.

2. Lindano: Es un medicamento tópico que se utiliza en casos de resistencia o cuando otros tratamientos no han funcionado. Sin embargo, el lindano se utiliza con precaución debido a sus posibles efectos secundarios neurotóxicos.

3. Azufre: la vaselina azufrada es una fórmula magistral que cada vez se utiliza más debido a la aparición de resistencias frente a otros tratamientos.

Además de estos medicamentos tópicos, es posible que se receten medicamentos orales (Ivermectina) en casos graves de sarna, cuando aparecen resistencias o cuando hay complicaciones adicionales, como infecciones bacterianas secundarias.

PREVENCIÓN:

Es importante que todas las personas que han tenido contacto cercano con alguien infectado sean tratadas, incluso si no presentan síntomas, para evitar la propagación de la enfermedad.

  1. Mantén una buena higiene personal: lávate las manos con frecuencia, especialmente después de estar en contacto con personas o superficies potencialmente contaminadas.
  2. Evita el contacto directo
  3. Lava la ropa potencialmente contaminada a temperatura mayor de 50º
  4. Limpia y aspira superficies
  5. Evita el contacto con personas infectadas


Si sospechas que tienes sarna, es recomendable consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado.

Autor: Roi Cal Seijas