¿Cómo superar la dependencia psicológica al tabaco? 

  La dependencia al tabaco está influida por características de la personalidad del propio fumador como son la inseguridad, el nerviosismo, la ansiedad, la falta de concentración, etc. Es habitual que cuando cesa el consumo de tabaco estas particularidades psicológicas afloren de nuevo y sean una dificultad añadida al proceso de cesación.

Tienes que aceptar que el tabaco nunca resolverá tus problemas ni te ayudará con el estrés o la ansiedad, sencillamente los empeora.

  Cuando alguien deja el tabaco a las pocas horas aparece la dependencia física, sin embargo ésta es relativamente fácil de contrarrestar con la medicación adecuada. Resulta mucho más complejo tratar la dependencia mental que aparece posteriormente y que es a menudo el origen de las recaídas.

  Esta dependencia mental no es consecuencia de la nicotina y, en cierto modo, nos la provocamos nosotros mismos.

 

  Seguro que alguna vez te has dicho a ti mismo esta frase:

–”Yo fumo porque me relaja y me da placer”.

  Esta afirmación está equivocada. La realidad objetiva es que el placer/relajación que sientes cuando fumas es debido a que calmas el estrés (mono) que te causa el propio tabaco. No olvidemos que la nicotina es una droga que produce ansiedad y estrés continuo, que sólo se alivia cuando vuelves a encender otro cigarrillo.

Es como si usases durante todo el día unos zapatos muy apretados sólo por el alivio que te produce quitarlos cuando llegas a casa. 

  Los fumadores vivimos en un constante estado de ansiedad y de tensión, mucho mayor que el de una persona no fumadora. Como fumadores construimos en nuestra mente una realidad ficticia destinada  justifica nuestra conducta.

Cuando aceptamos que vivimos atrapados en un círculo de dependencia que nosotros mismos estamos creando, esclavos del tabaco, es cuando empezamos a darnos cuenta de lo que realmente significa fumar.

  El tabaco lo único que te aporta es sufrimiento. Asumir esto, es el primer paso para abandonar definitivamente el tabaco. Cuando liberes a tu mente de los pensamientos relacionados con fumar comenzarás a disfrutar de la vida de una forma mucho más placentera. 

  La mente del fumador está llena de falsas racionalizaciones o justificaciones, las cuales son pensamientos equivocados que parecen tener sentido en el momento que las pronuncias para ti mismo, pero que no se basan en la realidad.

• “Sólo voy a fumarme un cigarrillo para sobrellevar esta situación difícil”.
• “Hoy no es un buen día. Dejaré de fumar mañana”.
• “Éste es mi único vicio”.
• “Realmente, ¿cuán dañino es fumar? Fulanito fumó toda su vida y vivió más de 90 años”.
• “Probablemente, la contaminación de los coches y la industria sea tan mala como fumar”.
• “De algo tiene uno que morirse”.
• “La vida no es divertida sin fumar”.

  Si tú decides creer en tales pensamientos, incluso por un breve periodo de tiempo, esto puede servir como manera de justificar el hábito de fumar y desencadenar una recaída. Debes aprender a reconocer estas justificaciones como lo que son: mensajes de autoengaño que intentan hacer que vuelvas a fumar. Presta atención a ellas, porque siempre aparecen cuando estás tratando de dejar de fumar, y apártalas con rapidez de tu mente.

Roi Cal Seijas.

Ldo. en Farmacia y especialista en cesación tabáquica.

  Si quieres dejar de fumar y necesitas ayuda contacta con nosotros, somos especialistas en cesación tabáquica.